Una experiencia de aprendizaje
El mundo ha cambiado, la tecnología ha evolucionado. Todo se hace más fácil y de forma diferente.
Los trabajos han cambiado y las formas de ejercerlos también. Pero esto no ha pasado con la educación. Entonces, ¿porqué la educación no ha cambiado?
Si aprender es cambiar, ¿porqué no ha cambiado el modelo educativo? Si no cambias tu manera de enfocar las cosas, no cambias el modo de hacer las cosas y el comportamiento. ¿Cómo vas a aprender algo nuevo?
Si queremos un mejor futuro, debe haber una mejor educación. Hay que cambiar las aulas, darle vida, enseñar a los alumnos a construir su propio conocimiento. Hay que fomentar el caos en las clases (entiéndase el caos del que hablo). Un aula es conectar con otras personas. Aburrirse es una elección. El niño se aburre cada día más en el aulas. Hay falta de conexión en el binomio alumno - maestro. Hay que hablar menos y escuchar más, sorprender más. Estamos perdiendo la capacidad principal para enseñar, sorprender. Cuando hay sorpresa, hay curiosidad, cuando hay curiosidad hay deseo y cuando hay deseo hay acción. Sorprender es pieza fundamental en la educación, sino, conseguimos aburrimiento y aburrimiento es sinónimo de desidia y desgana.
El docente debe mover (hacer pensar) , tiene que conmover (emocionar), y tiene que remover o provocar al alumno. El docente debe despertar el deseo de observar, a sus alumnos, que miren por todas partes y que tengan la ventaja de que puedan tener de pronto Serendipia, el descubrimiento afortunado e inesperado.
Es por esto que hoy se nos brinda una oportunidad de evolucionar en la educación y avanzar hacia una nueva era que renovará el aprendizaje.